- Desde el comité de empresa exigen al Ayuntamiento de Roquetas que intervenga para instar a la compañía a negociar el convenio, bloqueado desde el año 2015
- Finalmente ha sido el Centro de Mediación, Arbitraje y Conciliación el encargado de determinar los servicios mínimos del paro indefinido que comienza el día 21 de abril
Los trabajadores Urbaser de Roquetas de Mar y la empresa concesionaria del servicio de limpieza y recogida de basuras del municipio se reunieron ayer, día 10, para establecer los servicios mínimos de la huelga indefinida que dará comienzo el próximo 21 de abril, sin llegar a un acuerdo entre las dos partes. Según explica el comité de empresa, la compañía pretendía dejar sin efecto alguno la reivindicación de los trabajadores y llegó a plantear los servicios mínimos adulterando la cifra de los efectivos reales con los que cuenta, engordando el número de trabajadores que prestan servicio en la actualidad, proponiendo un “falso” 66 por ciento de servicios mínimos, cifra que a juicio de los trabajadores, en realidad, es el cien por cien de la plantilla.
Ante esta situación, los trabajadores lamentan la falta de predisposición por parte de la empresa y que, finalmente, haya sido el Centro de Mediación, Arbitraje y Conciliación el encargado de establecer los servicios mínimos que se pondrán en marcha en Roquetas a partir del Domingo de Resurrección.
Con este panorama, el comité de empresa exige al Ayuntamiento de Roquetas que intervenga y medie para instar a la compañía a negociar el convenio, bloqueado desde el año 2015 y buscar, de forma consensuada, una solución que cumpla con lo recogido en el último acuerdo firmado en 2017, con el fin de evitar mayores perjuicios a la ciudadanía de Roquetas y también que este conflicto laboral se siga enquistando y como un acto de total responsabilidad por parte de la Administración local.
La decisión de fijar una huelga indefinida en el servicio de recogida de basuras del municipio se pactó en una Asamblea que los trabajadores respaldaron en más de 97 por ciento que tuvo lugar el pasado viernes, día 5. Todo ello como consecuencia de la desidia por parte de la empresa y también del Ayuntamiento en la negociación del convenio colectivo, el cual lleva bloqueado desde que caducase en diciembre de 2015.
Falta de interés de la empresa y la administración local
Desde entonces la parte social no ha parado de intentar sentarse a dialogar sobre el nuevo acuerdo. Sin embargo, ante la falta de interés tanto de la empresa como del propio consistorio, los trabajadores decidieron, en agosto de 2017, convocar manifestaciones y huelga que, finalmente concluyeron con la firma de un acuerdo entre el comité de huelga y los representantes municipales.
Este documento recoge el compromiso de iniciar las negociaciones en enero de 2018, la recuperación del poder adquisitivo y el mantenimiento de las jornadas pactadas en el acuerdo de 2017. Con todo, después de mantener varias reuniones durante 2018 y 2019, el comité de empresa considera que, tanto la empresa como el ayuntamiento, pretenden acabar con el bienestar social y económico de los trabajadores, negándose a materializar en el nuevo convenio el acuerdo firmado en 2017. Según explican los trabajadores este hecho supondría la bajada de salarios, la libre disposición de la empresa para modificar la jornada laboral y los horarios o la supresión de asuntos propios y de los domingos y festivos, entre otras medidas.