La flamante Ejecutiva Provincial del PSOE en Almería ha despertado un inusual interés en amplias capas de la sociedad almeriense, lo que en principio debería ser un aspecto positivo y consecuentemente un éxito político que eclipsara la división evidenciada durante la etapa precongresual. La campaña electoral a la Secretaría General Provincial evidenció que el PSOE en la provincia de Almería, particularmente, no solo está dividido sino que se encuentra fraccionado, y recomponerlo no es cuestión de poltronas sino de personas.
Y esta necesaria recomposición, que no se ha llevado a cabo en la composición de la nueva Ejecutiva Provincial, no se hace con la misma filosofía que ha provocado la fractura, sirviéndome al respecto la misma opinión que emití con la necesaria renovación en el PP y en el PSOE, asegurando que no se trata de sustituir a un personaje político de 60 años por uno de 30.
Esto justamente es lo que se pretende erróneamente sostener en la provincia de Almería y, desde mi humilde punto de vista, supone un craso error. Yo siempre suelo detenerme en los pueblos para entender muchos asuntos regionales o nacionales, y puedo asegurarle al amable lector que distrae su tiempo en este espacio periodístico, que no me suelo equivocar mucho, y ahí están muchos municipios en los que se ha pretendido renovar la organización política sustituyendo al dirigente histórico por uno joven, pero con la misma filosofía, que es donde se encuentra el error, y el fracaso se ha producido.
En esta nueva dirección provincial que tanta expectación ha generado, tal vez por venir precedida por una inusual campaña electoral a la que han concurrido tres candidatos, pienso que es la manifestación de cuanto he descrito. Y tan seguro me encuentro de ello, que me atrevo a manifestar que relación de fuerzas políticas en el Poniente Almeriense, que es donde se determina el color que impregna electoralmente la provincia las fuerzas políticas que concurren no se va a ver alterado, porque para eso se encuentran en la Ejecutiva Provincial sus respectivos responsables del PSOE.
En la capital el PSOE quiso, más por interés personal que político, ocupar la Alcaldía pero el PP la compró; en Roquetas de Mar lleva el PSOE 22 años en la oposición y los propios socialistas ven cada vez más lejano a su partido de alcanzar la Alcaldía; algo similar ocurre en El Ejido; lo de La Mojonera clama al cielo porque sabido es como llegó a la Alcaldía su actual titular; y en Adra ocurre algo parecido a lo de La Mojonera pero a la inversa. A buen seguro que se preguntarán cómo es posible mantener esta situación interna con las consecuencias públicas que han producido, y la respuesta no parecería descabellada describirla, en síntesis, como que el Secretario General ha actuado emulando al Presidente del Gobierno y su Secretario de Organización ocupándose de la portavocía del Grupo Municipal Socialista y de escaño en el Senado relegado su responsabilidad orgánica en la Secretaría de Política Municipal.
Lo triste y patético es que esta situación interna del PSOE en el Poniente Almeriense no es casual y por azar la dejación de funciones de sus responsables orgánicos, sino que corresponde, siempre desde mi humilde opinión, a una estrategia política de carácter personal. En esta situación se ha convertido en referente del PSOE en el Poniente Almeriense al alcalde de Vícar, y todo parece indicar que piensa seguir presentándose a la reelección al igual que su vecino, lo que sin necesidad de hurgar en la más elemental acción política se me induce a pensar que conservando el PP las alcaldías en los municipios de la comarca seguirá pasando por él cualquier acción política socialista en la zona. Y en este hecho se puede entender bastante la composición de la nueva dirección provincial.