Me decía una amiga que ‘el que no corre, vuela’, con motivo de la renuncia de Luis Rogelio Rodríguez-Comendador cuando escasamente había saboreado su última victoria electoral como regidor, colocando con la expresión la sospecha sobre la dimisión al cargo del que unos meses antes había dicho que le atraía tanto como la primera vez.
Debe ser duro, al menos visto desde fuera, tanto en lo personal por muchas escamas que le hayan salido en la dilatada vida política como se hace públicamente todo lo contrario de lo que afirmaba con tanto énfasis emocional, renunciar a un cargo público conseguido electoralmente cuando se ha tenido que apoyar en el rincón más recóndito de la persona. Y máxime cuando esa renuncia es vista por sus convecinos y convecinas bajo la sospecha de una huida para escabullirse y refugiarse en lo que ya hasta el españolito y españolita de a pie más iluso considera abiertamente un cementerio de elefantes políticos con dificultades con la Justicia.
El generador de la sospecha es el hecho en sí mismo, inexplicable para cualquiera que un concejal-alcalde nada más ser elegido dimita cuando ha puesto todo el énfasis habido y por haber durante la campaña electoral y prácticamente nada más tomar posesión haya reparado en que no debía estar donde su pueblo le ha colocado y abandone a éste a su suerte. Aunque el acto para algún moralista tardo-demócrata que quede supone un ejemplo en el que, a buen seguro, no se refleja ningún homólogo europeo, por lo común pasa a catalogarse como normal y visto por la mayoría social como tal y aplaudido políticamente.
Justamente cuando se producía la dimisión de Rodríguez-Comendador como Alcalde de Almería se le planteó a Eugenio Gonzálvez tal eventualidad y respondió que nadie se lo había pedido, por lo que vuelve a convertirse el acto de renuncia en una huida para ponerse a buen recaudo. Gonzálvez se convierte en el segundo alcalde almeriense que dimite a escasos meses de resultar reelegido, y se da la curiosa circunstancia de que pertenece a la misma fuerza política que es la que curiosamente pretende celebrar un cónclave refundacional en corto espacio de tiempo.
En ambos casos existen varias coincidencias como es la longevidad en la actividad política, habiéndose olvidado por los almerienses cual fue el juicio en el intervino Luis Rogelio y por los gadorenses la última clase que dio Eugenio Jesús, dos profesionales de la política que han acabado, esperemos por el bien de Almería y su provincia, con un escaño en el Senado, refugio, según la creencia popular, de cuantos cargos públicos tienen problemas con la Justicia. Hasta hace poco refugio tranquilo, pero desde que la crisis revitalizó las conciencias lo es menos y ha sido una generadora de emergencias políticas que se ha plasmado en la consolidación, al menos un lustro lleva, de fuerzas políticas que han emergido bajo su influencia como Ciudadanos y Podemos.
Alcaldes a tiempo parcial en Almería y en Gádor, como otros tantos que han seguido su ejemplo o de los que lo tomaron, es de esperar que la revulsión de la Justicia y su iniciativa produzcan otras renuncias/dimisiones a lo largo de la presente legislatura, al menos así es presagiado por diversas fuentes dignas de todo crédito. Así, pues, todo parece indicar que vamos a tener cuatro años moviditos en la política municipal, y cuando la base se mueve la cúspide flamea.
No solo presiento que va a estar movidilla la política local sino que la nacional se está emulsionando para regocijo de muchas conciencias ciudadanas, y como dice el proverbio ‘no hay dos sin tres’ por lo que a Luisro y a Gonzálvez le han seguido Juan Jiménez como Alcalde de Benahadux y Diego Clemente como concejal de Roquetas de Mar.
A los cuantro mencionados quedan dos concejales como sempiternos Candidatos a la Alcaldía en sus respectivos municipios, Juan Carlos Pérez Navas, quien se pasó cuatro años criticando a Luis Rogelio por ostentar la Alcaldía al mismo tiempo que el Senado, ahora se ha convertido en el portavoz municipal del PSOE en Almería a tiempo parcial por tener que dedicarle gran parte de la semana al Senado, y Eloísa Cabrera en Roquetas de Mar en plena competición a la Alcaldía con José Juan Rodríguez.