El 7 de octubre se celebra el 10º aniversario de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, que este año CCOO lo centra en denunciar la creciente precariedad laboral, fuente segura de injusticia y desigualdad. Una jornada reivindicativa y de movilización en la que, además, CCOO exige empleo de calidad y con derechos, salarios dignos y un sistema público de pensiones fuerte y sostenible.
La recuperación económica que estamos conociendo en los últimos años ha sido aprovechada por el Gobierno y las organizaciones empresariales para difundir sus cifras de empleo y crecimiento económico, ocultando deliberadamente su naturaleza, escasa calidad y mínima remuneración. Este 7 de octubre, CCOO nos detendremos en la denuncia del tipo de empleo que se está creando, y en las consecuencias que el mismo tiene para los sistemas públicos de protección social y la propia calidad del Estado de bienestar. Si la salida de la crisis, en la que aún estamos, se hace con el actual patrón de crecimiento y una galopante precariedad del mercado de trabajo, estaremos sentando las bases para una profunda devaluación de los derechos sociales y laborales de las trabajadoras y trabajadores por mucho tiempo.
Si nos fijamos en nuestra provincia, los sectores de la hostelería y el campo nos pueden servir de ejemplo de cómo suponiendo dos pilares fundamentales de nuestra economía, los trabajadores y trabajadoras tienen que soportar a diario condiciones laborales muy duras y en situación de precariedad laboral extremadamente grave.
Según datos de la Confederación Sindical Internacional: desde 2015, el 1% más rico acumula más riqueza que el resto del planeta, el 71% de la población mundial afirma que los gobiernos deben impulsar el incremento de los salarios, el 80% de la población mundial cree que el salario mínimo de su país es demasiado bajo.
Como señala la Confederación Sindical Internacional (CSI), el trabajo decente debe ser un elemento central de las acciones y políticas de los gobiernos para recuperar el crecimiento económico y construir una nueva economía mundial que dé prioridad a las personas. “Los Gobiernos han de prestar atención a las reivindicaciones de los trabajadores y trabajadoras que reclaman salarios decentes, empleos seguros y con derechos, y que deje de ser la codicia corporativa, de las empresas, la que establezca las reglas de la economía. Esto implica asegurar que los salarios mínimos sean suficientes para garantizar un nivel de vida digno y que todos los trabajadores y trabajadoras tengan derecho a afiliarse a un sindicato y a la negociación colectiva”.
Esta central sindical denuncia la permisividad de los Gobiernos ante los abusos empresariales que buscan conseguir beneficios rápidos a costa de los derechos laborales y sociales.
Por todo ello, CCOO exige en este acto de celebración del 7 de octubre el incremento de los salarios para recuperar el poder adquisitivo perdido en los años de la crisis, la renta mínima para todas las personas y familias que no tengan otro ingreso laboral, y la adopción de medidas para disponer de un sistema público de pensiones fuerte y sostenible.