El mountain bike recompensó este sábado en Mont-Sainte Anne el trabajo, el esfuerzo y el empeño de Rebecca McConnell. Un año después de la temporada más complicada de su carrera, la australiana logró en Canadá el premio a la perseverancia y a no dejar de creer nunca en su valía como ciclista de élite. Un parón a tiempo a finales del año pasado, para resetear y volver al nivel que ella sabía que podía ofrecer en grandes escenarios, deja como resultado un bronce mundialista frente a las mejores bikers del planeta.
Sobre un trazado durísimo, con dos largas y exigentes subidas, Bec mostró que llegaba en el mejor momento de su trayectoria. Tras un año donde su mayor virtud en Copa del Mundo ha sido la regularidad, la australiana se desató superada la media hora, abandonando a Jolanda Neff y Kate Courtney para situarse en solitario como cabeza de carrera.
La campeona australiana y oceánica supo mantener un buen ritmo hasta que por atrás llegó como un cohete Pauline Ferrand Prévot, directa hacia el título mundial. La de Primaflor-Mondraker-Rotor no se hundió en ningún momento, aún cuando Jolanda Neff le daba caza y le superaba a media vuelta de la entrada en meta. Con todo, el podio de Rebecca no peligró nunca, alcanzando el final con más de un minuto de ventaja sobre la cuarta clasificada, la neerlandesa Terpstra. |