Decía el añorado profesor Tierno Galván que “las promesas electorales se hacen para no cumplirlas”, a lo que el también recordado Adolfo Suárez le respondió que “puedo prometer y prometo” para hacer saber que cumplía lo que prometía. Pero con independencia de retrotraernos a memorables principios políticos de líderes españoles durante la Transición Política, no se puede equiparar a éstos el comportamiento que está teniendo Ciudadanos durante su corta trayectoria política en el ámbito nacional, que justamente durante la juventud de los Partidos Políticos es cuando se producen estos vaivenes que tanto llaman la atención.
Ciudadanos concurrió a sus primeros comicios a nivel nacional haciendo del cambio su lema, y nos encontramos con que en Almería y en Roquetas de Mar sostiene a quien electoralistamente pretendía cambiar, habiéndose frustrado otro asentamiento del PP en Cuevas del Almanzora, del que hablaremos en otro momento porque se basa en el concepto que vengo atribuyendo a los Partidos Políticos como organizaciones empresariales con proyección política. Supusieron, por tanto, los primeros comicios municipales la gran frustración para much@s votantes que otorgaron su confianza a quien consideraban nuevo y con algo nuevo que aportar a los comportamientos políticos así como a quienes se mostraron cansados del elevado nivel de corrupción existente en el PP y su anquilosada pirámide jerárquica.
Solicitó cambio para mantener y en las pasadas Elecciones Generales las basó en otro lema como en las locales, haciendo hincapié en que el nivel de corrupción existente en el Partido Popular exigía no apoyar a Mariano Rajoy como Candidato a la Presidencia del Gobierno. Y ahora como antes el primero en brindarle su apoyo a Mariano Rajoy fue su peor detractor durante la campaña electoral, por lo que aprovechando el “impulso”, entrecomillado porque yo no me lo creo, democrático que conllevaría una considerable legislación que lo avalara, no estaría nada mal que se reparara en hacer cumplir con rango de Ley las promesas electorales, lo que, evidentemente, contribuiría a confiar en ellas y en quien practica esta vieja táctica para sacar los mejores beneficios.
Pero hay más, como se puede estar constatando estos días por los escandalizados españolitos y españolitas de a pie que no aciertan a creer lo que está ocurriendo en la Región de Murcia en torno a su Presidente y antiguo conocido como regidor de Puerto Lumbreras. Habría que controlar más aún los despachos y visitas del Ministro Catalá porque al Fiscas General le faltará dar explicaciones en el Congreso de los Diputados también por la nebulosa social existente en la provincia de Almería y no solo por lo acaecido en Murcia y La Rioja.
Me llamó poderosamente la atención el mantenimiento de Alcaldes del PP en Almería y Roquetas de Mar por parte de Ciudadanos porque, con la sinceridad que me caracteriza, afirmaré que me atrajo esta nueva formación política por los gestos de su líder y algunos de sus candidatos en la provincia de Almería, lo que rápidamente se frustró por la razón aducida y otras. Con toda esta retahíla de comportamientos contrarios a la ética política y opuestos a las promesas electorales por parte del aparato de Ciudadanos, resultará fácil entender el nivel de frustración que me han embargado al estar pensándose que un Presidente de Gobierno autonómico investigado por corrupción y habiendo prometido el imputado renunciar a su cargo se apegue al mismo avalado por quien ha hecho de la corrupción política la base de su filosofía política.
Ahora solo se acoge Ciudadanos a las formas y no al fondo, si fue en metálico o en papel, de noche o de día, o cualquier otro absurdo, cuando el gobernante sobre quien emerge la más ínfima dosis de sospecha debería ser apartado fulminantemente de su cargo público, que el fin y al cabo es lo que la Justicia, con independencia de lo que dictamine en su día, está manifestando.