Carboberas desde siempre se dedicó a la pesca de traiña, marrajera y artes de rolaje menores. Gracias a que Garrucha (pionera pescadola desde hace 60 años) en los años 90, «supuestamente» le permitió poder pescar «gamba roja»
Ahora resulta que reivindican la denominación de origen.
¿Esto beneficia la marca: GAMBA DE GARRUCHA?
A ver, vayamos hacia la lógica aplastante.
En la lonja del puerto de Garrucha, yo he visto tres cajas de gambas de la misma especie y el mismo calibre. Una caja era pescada en aguas de Águilas, otra en Alborán y la tercera de un barco garruchero. La de Águilas valía 60€ kgr, la de Alborán 50 € kgr y la de Garrucha: 120 €
Siendo la misma especie, mediterráneas y con el mismo calibre, ¿Por qué el precio de la gamba de Garrucha desde siempre ha sido muy superior?… los paladares más exigentes dicen que está en el sabor.
La atribución de calidad se la ha dado la sistemática evolución de los caladeros por el ingente arrastre durante décadas.
Una flota de 24 barcos, a diario, durante 60 años, consiguió cambiar el fondo marino modificando los elementos biologicos del mismo; propiciando el habitat ideal para el fitoplancton: conjunto de los organismos acuáticos autótrofos del plancton.
Ello produjo, como dicen los pescadores viejos de Garrucha: “el comezón” necesario para alimentar (bajo unas condiciones únicas) a las gambas. Por ello, hay tanta diferencia en el sabor, y en consecuencia, en el precio.
Lo que fue supuestamente una cuestión destructiva, para otras especies, se convirtió en un terreno de cultivo perfecto para las partículas y microorganismos que alimentan al plancton, y este a su vez, a dichos crustáceos.
Las artes de arrastre garrucheras cultivaron en el lodo cenagoso las condiciones ideales para la mayor parte de los microbios marinos: bacterias y algas «base de la cadena alimenticia del mencionando biosistema» Simplemente, es una evolución sistemática de dicho ecosistema a causa de la ingente movilizacion y oxigenación de los fondos (arenosos) marinos durante décadas.
Los pescadores de Garrucha, fueron como una especie de «granjeros del mar» para dar a todos esos caladeros, la calidad óptima para pescar la mejor gamba del mundo.
Fueron y son los pioneros del sector en el Levante almeriense.
En cuanto a la lucha por promocionarla, por estar durante lustros yendo a faenar; por la dedicación de hombres que dejaron su salud en esas aguas para engrandecer la marca, y por lo más importante, haber hecho la mejor campaña de marketing global: “ir a pescarlas durante 60 años, y colateralmente, comerciarlas por toda España”
Ahora salen a la palestra los que de toda la vida, solo se dedicaban a pescar especies de traiña, marrajera y rolajeras, para apropiarse del esfuerzo y dedicación histórica de los pescadores de Garrucha.
Es muy facil servirse del oportunismo propicio para intentar apropiarse en exclusividad de la denominación de origen, aprovechando, según dicen ellos: son aguas de Carboneras, más cuando «supuestamente» los pescadores de Garrucha le otorgaron la concesión en los años 90.
¡Defendamos lo nuestro!