En las últimas semanas, y sobre todo en los últimos días, he sido objeto de muchos comentarios, ataques, desprecios y descalificaciones infundados con el único objeto de dañar mi imagen, menoscabar mi labor como representante estudiantil, y por encima de todo, perjudicar al candidato que LA ASAMBLEA DE REPRESENTANTES DE LA ULPGC consideró que tenía mejor proyecto para nuestra Universidad.
Voy a empezar diciendo que, efectivamente, igual no fue correcto que la Asamblea se posicionara. Entiendo ese debate, de verdad, empatizo y lo entiendo. Pero quien conozca la representación estudiantil, sabe que tiene una labor fundamental de estudiar minuciosamente los programas y equipos y emitir, al menos, su opinión. En cualquier caso, este no quiere ser un comunicado de defensa de la decisión de la Asamblea de posicionarse, que, por supuesto, ya es pasado y, como digo, es totalmente criticable. (Por cierto, nunca dije que la Asamblea de Representantes hubiera apoyado a Alberto Montoya en las anteriores elecciones porque, evidentemente no existía, y lo sé, porque fui uno de los promotores de su creación en 2015, dije que la representación estudiantil en 2012 lo apoyó, y lo sigo manteniendo).
Sin embargo, la crítica no ha sido dirigida hacia la Asamblea, formada por estudiantes representantes de todos los centros (facultades, escuelas y programas formativos), ni siquiera ha sido contra mi labor como Presidente del Consejo de Estudiantes (aunque en algún momento sí, cosa que aclararé más abajo) sino directamente contra mi persona.
Como decía al principio, he sufrido ataques de todo tipo hasta el punto de que se me han imputado algunos delitos. Paso a desmentirlos a continuación:
PRIMERO._ Por supuesto, bajo ninguna circunstancia seré Director de la Oficina de Atención al Estudiante de la ULPGC. De hecho, quien se hubiera molestado en estudiar el asunto, hubiera comprobado como para ocupar tal puesto debes ser personal con vinculación permanente a la Universidad.
SEGUNDO._ No se me ha ofrecido NINGUNA prebenda por apoyar el posicionamiento de la Asamblea a favor de Rafael Robaina Romero. Y los próximos meses me darán la razón.
TERCERO._ No imparto, ni he impartido, docencia en ningún curso de extensión universitaria de la ULPGC. Por lo tanto, no he recibido ni un céntimo ni mérito académico por dicha labor.
CUARTO._ Nunca he usado recursos públicos ni de la ULPGC ni de ninguna otra institución para enriquecimiento personal ni para viajes personales bajo ninguna circunstancia ni en el desempeño de ningún cargo.
QUINTO._ Mi labor como representante estudiantil está totalmente desvinculada con mi militancia en un partido político y por lo tanto, mis actuaciones como representante estudiantil van únicamente destinadas a preservar la defensa del interés general.
SEXTO._ No he sido nombrado Coordinador General de la Sociedad de Debate Universitario de la ULPGC (dependiente del Consejo Social) como premio o recompensa por una supuesta labor de apoyo hacia Rafael Robaina Romero. Lo he sido por ser uno de los promotores de la creación de la misma desde que hace 4 años (antes incluso de haber sido representante estudiantil en activo) participé activamente en las ligas de debate de la Universidad y por mi trayectoria como ganador de dos torneos, dos premios individuales, participaciones en diversos torneos nacionales y formador en la pasada edición.
SÉPTIMO._ No se ha intentado manipular al estudiantado bajo ningún concepto y en ninguna circunstancia por parte de los integrantes del Consejo de Estudiantes ni por mi.
Por otro lado, también han vertido ataques hacia mi labor, y la de mis compañeros y compañeras, en el ejercicio de nuestras funciones. Por tanto, aunque este comunicado no tenga la finalidad de explicar nuestras acciones sí que creo que debo resumir algunos de nuestros últimos trabajos:
PRIMERO._ Desde la constitución del Gobierno de Canarias hemos tenido una relación fluida con la Dirección General de Universidades, habiendo conseguido que para el presente curso académico se haya aumentado de 4 a 6 el fraccionamiento del pago de matrículas.
SEGUNDO._ También hemos elevado la queja de los estudiantes por el sistema de presentación de solicitud de la Beca del Gobierno de Canarias y para el presente curso académico el proceso ha sido telemático.
TERCERO._ Hemos entablado conversaciones para que el estudiantado de las Universidades Públicas Canarias esté presente (y lo estará) en los organismos de calidad que se creen próximamente. Todo ello para garantizar que se cuente con nuestra opinión en el proceso de acreditación de nuestros títulos.
CUARTO._ Fruto de las conversaciones y peticiones a la Consejería de Educación del Cabildo de Gran Canaria, para el presente curso académico se ha habilitado una partida de becas para la adquisición de competencias idiomáticas (B1) para las personas con necesidades económicas.
QUINTO._ Se ha conseguido por parte de la representación estudiantil, y tras las negociaciones pertinentes, que se mantengan los porcentajes de representación estudiantil (y por tanto, el peso del voto de los estudiantes en la toma de decisiones) y se recojan numerosos derechos que antes no se reconocían (Pueden verlos buscando el Estatuto de la ULPGC en la página web).
SEXTO._ Conseguimos hace dos cursos académicos (en 2014/2015), y con la llegada al cargo de Presidente del Consejo Social de Ángel Tristán Pimienta una flexibilización de las Normas de Progreso y Permanencia que, AUNQUE NO NOS DEJA CONTENTOS AÚN, permitió que cientos de compañeros y compañeras no se vieran desvinculados de la Universidad.
SÉPTIMO._ Hemos participado en la elaboración del Plan de Igualdad de la Universidad y estamos participando en la elaboración del Protocolo contra el Acoso Sexual y Sexista de la ULPGC.
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Francamente, tras todos los ataques que he venido sufriendo, y que han afectado a mi salud y a mi entorno más personal y familiar, me he replanteado si merecía, o si merece, la pena seguir trabajando por la representación estudiantil el poco tiempo que me queda en la Universidad. Sin embargo, son múltiples las muestras de apoyo que he recibido de muchos compañeros y compañeras que, en privado, me han transmitido su agradecimiento por cada vez que he podido ayudarlos.
Gracias. Gracias a ellos, gracias a todos los miembros de la comunidad universitaria que se han dirigido a mi mostrándome su apoyo por el continuo acoso y derribo al que estaba siendo sometido, y por último a mis compañeros y compañeras del Consejo de Estudiantes de la ULPGC (de este, y del anterior equipo) que me han apoyado en todo momento y han creído en mi inocencia tras las acusaciones de las que era objeto.
Siento, por otra parte, romper el silencio, pero lo veo justo, y necesario.