Una de las tradiciones de las fiestas de Mojácar es la suida del agua y la ofrenda floral a San Agustín.
El agua se sube desde la fuente de Mojácar hasta la Iglesia Parroquial de Santa María para su bendición, siguiendo el recorrido que antaño seguían las mojaqueras para llevar el agua hasta sus casas.
Ya sea portada en los cántaros que las mujeres de Mojácar llevaban en la cabeza con una singular pericia o bien en animales de carga, la costumbre se mantiene a través de los años para agradecer a su Santo Patrón la bendición de un agua y de una fuente que nunca, a través de los siglos, ha perdido el agua ni su potente caudal, dando vida y sustento a la población.
Junto al agua, los vecinos y visitantes de Mojácar también realizan una ofrenda floral a San Agustín, realizando el mismo recorrido que las aguadoras.
Vestidos con trajes típicos de la localidad o de faralaes, todos peregrinan desde la fuente hasta la Parroquia para depositar sus flores y su agua a pie del Santo.
Cada año son más los visitantes y turistas que se suman a los vecinos de Mojácar, formando, a lo largo de toda la subida a la Plaza de la Iglesia, una alegre y multitudinaria comitiva de flores y de cántaros.
Abriendo el recorrido se encontraban la reina de las fiestas, Pamela Montoya, acompañada de sus Damas de Honor, Myriam Gámez y Margarita Knyazhechenko, seguidas de la Alcaldesa de Mojácar, Rosa María Cano y miembros de la Corporación.
A la puerta de Santa María, Iglesia fortaleza levantada en el siglo XVI sobre los restos de una antigua mezquita, les esperaba el párroco que, tras bendecir a todos, procedió a celebrar la Santa Misa.