- Los perdono a todos, porque yo también me he perdonado a mi mismo mis defectos
- Agradezco lo que me han enseñado, porque se aprende más de un enemigo que de un amigo
- Pero traigo una mala noticia para todos ellos: no han conseguido doblegarme
- Soy el mismo, pero más sabio, porque lo que no te mata te hace más fuerte
- Sé libre, vive libre, no te inclines ante nadie y no cedas tu poder a nadie jamás
- A lo largo de mi vida me he topado con todo tipo de pinches tiranos, tóxicos, controladores, manipuladores y supresivos que me han amargado la vida de todas las maneras habidas y por haber. Los encontré en la familia, en la enseñanza, en el trabajo, en la religión, en el ejército, en la política y hasta en los amigos.
Me han ofendido, humillado, menospreciado, utilizado, explotado, exprimido, pisoteado, reducido, suprimido, asustado, achantado, invalidado, ridiculizado, avergonzado y hundido de ánimo, con la autoestima por los suelos, pero he superado todas las pruebas y sigo en pie siendo el mismo, le pese a quien le pese. Muchas veces he callado, pero no he otorgado, por prudencia, conveniencia o cobardía.
Los perdono a todos, aunque parezca increíble, porque yo también me he perdonado mis defectos a mi mismo, como en la oración del Padre Nuestro, y les agradezco todo lo que me han enseñado, porque se aprende más de un enemigo que de un amigo, pero no he olvidado jamás, sino que he tomado buena nota de todas las experiencias desagradables para no repetirlas nunca más, al tiempo que también reconozco mi responsabilidad para no asumir el papel de víctima.
Tanto tragar sapos y comulgar con ruedas de molino me llevó a una terapia de regresión consciente en la que hice una recapitulación de toda mi vida y traté de borrar todos los traumas, amarguras y rencores.
LIBERACIÓN
Pero traigo una mala noticia para todos mis villanos favoritos: no han conseguido doblegarme, y ahora soy más poderoso que ellos. Sigo siendo el mismo pero más sabio, porque lo que no te mata, te hace más fuerte. Nací libre por derecho divino y moriré libre cuando me llegue la hora, pero siempre de pie y nunca arrodillado, porque soy un Guerrero de la Luz, pese a quien le pese y a pesar de todos los pesares.
Todos mis villanos favoritos han sido parte de una Matrix oscura que me tocó vivir, pero yo no quiero seguir jugando a esta pesadilla. Lo que quiero hacer es salirme de la Matrix en vida, porque cuando se pierde el cuerpo físico sigues en la Matrix, si no has logrado escapar en vida.
Hay muchos modos de salir de este juego siniestro, pero todos ellos pasan por la espiritualidad y por la voluntad de no identificarse con el juego mediante la práctica del desapego, y sobre todo por el deseo de regresar al Padre, es decir, a la Fuente original de la creación universal, verdadero hogar de donde procedemos. “Soy de la Luz y vengo de la Luz, allá donde se originó la Luz”, como dijo el Maestro.
Por último, un consejo para los jóvenes. Para no caer en la garras de los explotadores, lo mejor que hay es buscarse un trabajo autónomo en el que no tengas que depender de un jefe que te pague y te exija lo que le dé la gana, ni de un trepa que te haga la vida imposible, sino depender directamente de los clientes que, si haces bien tu trabajo, siempre estarán agradecidos por tus servicios. Jesús fue carpintero sin jefes, y sólo tenía que cumplir los encargos de sus clientes.
Hay jefes que se consideran con derecho de pernada como en la edad media, y que creen que todos sus empleados tienen que besarle los pies, como si fuera un guru de la India. Ese tipo de jefe nunca estará agradecido, por mucho que te esfuerces en hacer bien tu trabajo. Por el contrario, considera que te está perdonando la vida, por pagarte un salario todos los meses, como si fuera él quien te estuviera haciendo un favor. ¡Qué idiota!
La moraleja de toda mi vida es sé libre, vive libre, no te inclines ante nadie, no cedas tu poder a nadie, no hagas la pelota a nadie, no dañes a ningún compañero, sé siempre cortés y educado, pero mantente siempre en tu sitio para que nadie abuse de ti. Pero lo cortés no quita lo valiente, y debes tratar de hacer el bien a todo el mundo.