Sinopsis de la obra: Hannah Montgomery es una chica de veintitrés años llena de vitalidad. Vive feliz con sus padres en Madrid donde se ha licenciado en Empresariales. Pero un día su vida da un giro de ciento ochenta grados cuando sus padres sufren un terrible accidente y fallecen. Tras semanas llena de papeleos y vivencias en una casa y una ciudad llena de recuerdos, decide que debe comenzar de nuevo. Por lo que se traslada a California, la ciudad natal de su padre. Él siempre había querido que la conociera pero por motivos de trabajo nunca había tenido la oportunidad. Así que, decide que es el momento de hacerlo.
Al trasladarse allí conoce a Susi. Una chica alocada la cual se convierte en su gran amiga. Más tarde conoce a Will, un chico atractivo que le provoca mil sensaciones desde el momento en que lo conoce. Pero tras su primera conversación, descubre que no es como ella esperaba. Y su relación acaba siendo de amor- odio.
Su vida allí se convierte en una montaña rusa de emociones por lo que comienza a sentir por Will y algunos secretos que descubre de su pasado.
Biografía:
Me llamo Marina Berenguel Ventura pero mi pseudónimo como escritora es Eme Berenguel. Tengo veintidós años, vivo en una barriada de Almería y estudio Educación Infantil en la universidad. Siempre he estado centrada en mis estudios gracias a mis padres pero paralelo a estos desarrollé una gran pasión, la lectura.
Desde la adolescencia comencé a leer diferentes libros de temática romántica. Todos me parecían interesantes y me hacían vivir mil historias en mi cabeza pero también me hicieron surgir mis propias historias y comencé a pensar, ¿sería yo capaz de escribir mis ideas? ¿De plasmarlas en un papel? La primera vez que lo intenté tenía 15 años y poco bagaje cultural lo cual me impidió expresar mis ideas de forma clara y como yo quería, asique lo dejé creyendo que escribir no era lo mío.
A pesar de esto las ideas seguían llegando a mi mente de una forma desmesurada como si fueran historias que yo había vivido o tenía que vivir, y el año pasado sentí la necesidad de volver a intentarlo. Debía intentar sacar lo que llevaba dentro. Por ello cogí mi ordenador, me senté en mi mesa y comencé a escribir dejando que fluyeran mis ideas sin cuestionarme si lo hacía bien o mal.
Para mi sorpresa en varios días tenía escrito el inicio de mi primera idea, mi primera novela. Poco a poco fui escribiéndola en mis ratos libres algunas tardes y sobre todo de noche. Para mí era algo muy placentero que hacer cuando quería desconectar. Mucha gente me ha preguntado, ¿cómo has podido escribir esto si siempre estás ocupada haciendo cosas? Y yo solo puedo responder ‘’porque me encanta y para mí no es un esfuerzo, se ha convertido en una necesidad. ’’ Lo que yo escribo no está basado en hechos reales, es inventado. Pero me permite expresar en muchas ocasiones mis emociones y evadirme a través de historias que son tan cotidianas que podrían ocurrirle a cualquiera.
Para escribir siempre me baso en lo que a mí me gusta leer y en lo que me gustaría transmitir a través de las páginas de mis libros. Por ello mis novelas contienen mucho diálogo, tienen personajes dinámicos y todo lo que ocurre parece tan real que llegas a plantearte que lo que lees te está ocurriendo a ti o podría ocurrir en tu propia vida.
Todas las emociones que se transmiten son muy reales. Yo las siento cuando las escribo. Necesito sentirlas mientras escribo para que el lector también lo haga. Podría decirse que soy la actriz de mi propia historia, y yo interpreto diferentes papeles convirtiéndome en todos los personajes. Podríamos definirlo como que mi mente juega un papel de interpretación frente a la pantalla de mi ordenador y mis manos se encargan de transmitirlo.
Haber conseguido publicar En California ha sido un paso muy grande que está aportando nuevas cosas a mi vida. Me ha acercado a mucha gente y me ha permitido ver la humanidad y el apoyo que me está ofreciendo la gente tanto cercana como lejana a mí. Estoy viviendo nuevas experiencias que desconocía y espero poder seguir compartiendo mis historias. Además estoy muy orgullosa de decir que a mis 22 años he descubierto mi vocación y no pienso desaprovecharla.