En su argumentario María José López Carmona justifica su petición en base a que, todas las ciudades tienen barrios emblemáticos, barriadas cuyos aspectos geográfico, ambiental, histórico, etc. conforman su idiosincrasia y caracterizan al barrio haciéndolo destacable entre el resto del urbanismo de la ciudad. El Barrio de Triana en Sevilla como exponente cultural, al Albaicín en Granada, de orígenes árabes, o más cercano aún, la Chanca en Almería destaca por ser peculiar y pintoresco.
Nuestro municipio igualmente tiene entre su historia reductos destacables, la mayoría de ellos fruto de su desarrollo urbano a lo largo de su historia de finales del siglo XIX y entrado el siglo XX, los barrios que conforman nuestro legado sobre los que aún podemos hablarle a nuestros hijos están a punto de desaparecer absorbidos por las nuevas construcciones y la falta de interés municipal en preservar nuestra esencia.
El Puerto, el Barrio Bajo y la Añoreta son tres reductos de lo que fue Roquetas de Mar antres de la creación de los Pueblos de Colonización y la construcción de las 200 Viviendas.
Estos barrios representan el esfuerzo y el trabajo de muchos pescadores, arrieros, trabajadores del campo y de las salinas, de tenderos y oficios que hoy están por desaparecer ( zapateros, bordadoras, etc.), pequeños comerciantes, etc., gentes humildes que componían la sociedad roquetera de esos años previos a la gran expansión de la Roquetas que hoy conocemos. Los barrios y sus gentes necesitan el reconocimiento de las instituciones para que nunca desaparezcan de la memoria colectiva ni los lugares ni las hazañas de sus pobladores.
María José López Carmona siempre ha considerado que es un deber preservar nuestros barrios, las tres barriadas mencionadas están ubicadas en el centro de Roquetas y están convirtiéndose en lugares desprotegidos y marginados por la administración municipal. El Puerto de Roquetas es un enclave a nivel turístico que hay que potenciar con señalización, embellecimiento, concienciación ciudadana para que en sí mismo forme parte destacada del entorno. El Barrio Bajo, entre las Avdas de Juan Bonachera y de Roquetas y, las Calles Romanilla y Unicef, es una barriada pequeña que en su momento albergó el Cine Gon, emblema cultural de la época que aún vive en el recuerdo de sus habitantes, pero que fue sobre todo barrio obrero y artesano, sobre el que se precisan actuaciones en sus Plazas (Aparecidos y Sol) en sus Calles, solares, etc, haciendo de él un bello paseo para cualquier visitante que se dirija al centro de la Ciudad. Y, por último, la Añoreta, justo frente al Mercado de Abastos, recién remodelado, es un barrio recuperable y adaptable al nuevo entorno que se vislumbra junto a él, haciendo de sus casas bajas y sus calles estrechas una virtud.
Los programas de recuperación de barrios forman parte de un ideario del desarrollo de la ciudad, ciudades inclusivas, que siempre he defendido en donde la construcción de la ciudad parte del fomento y potenciación de los barrios históricos, de su consolidación y su crecimiento, y se forma en y alrededor de ellos. Estas iniciativas pueden contar con participación económica externa, subvenciones o aportaciones de otras administraciones o con cargo al presupuesto municipal, en cualquier caso, el objetivo justifica la inversión, preservar nuestra identidad como municipio no es una opción es una obligación.
Para María José López, nacida y criada en el Barrio Bajo de Roquetas de Mar es un gran orgullo poder defender esta moción ante el resto de partidos políticos con el afán de poder conseguir una mayoría suficiente para su aprobación.