La ortografía está devaluada actualmente entre los universitarios del Siglo XXI y la lectura de los clásicos exactamente igual, lo que llama poderosamente la atención tal deterioro producido por las faltas de ortografía que tienen ilustres licenciados y graduados, así como la pérdida del hábito de lectura existente.
En la década de los 60 los profesores de todo nivel transmitian a los alumnos que un catedrático de la Facultad de Medicina en Londres que para ser un buen médico había que leer primero El Quijote.