Ahora que tenemos una mayor sensibilidad por el medio ambiente en España debería de repercutir sensiblemente en el medio de locomoción y adquirir la bici el protagonismo que antaño tuvo como medio de transporte y que actualmente sigue teniendo en la mayoría de los países europeos con mayor educación y sensibilidad medioambiental.
Por lo que es muy buen momento el actual para que los distintos partidos y formaciones políticas fomenten el uso y disfrute de la bicicleta.
Sabido es que la bici es uno de los medios de locomoción más clásicos, además de ser un medio mayoritario en los países subdesarrollados y en algunos desarrollados. En los primeros lo es por razones económicas y en segundo caso por saludable para el organismo humano. En nuestro país, al antaño medio de locomoción que era la bici no le ha sido aún devuelta su gran valor para el bienestar físico y mental de la persona humana, manteniendo todavía la serie de tabúes inútiles, vanos, desproporcionados y en cualquier caso obsoletos que no se corresponden con el mundo actual, con esta sociedad que nos está tocando vivir.
Cuando las calles de nuestras ciudades contienen medidores medioambientales y parecen diseñadas para los vehículos a motor y para corregir sus efectos nocivos, la bicicleta contiene un peso marginal en el diseño social y urbanístico actual, lo cual no deja de resultar una paradoja, una de las muchas contradicciones humanas. Es marginal la bici por cuanto para su utilización hay que abandonar el casco urbano de las ciudades y grandes municipios al no contener ninguna vía o espacio para su uso sino que éste tiene que hacerse invadiendo el de los vehículos a motor, los que generan nocividad medioambiental.
Con la de propuestas que llevan las distintas formaciones políticas y electorales en sus programas y pasa desapercibido el uso dela bici, no teniendo ninguna prestación, con lo económica que resultaría su incorporación a la vida social y los grandes beneficios que aporta a la salud, según los doctores en la materia. No pienso que sea por razones económicas la marginación que padece, y sufre, la utilización de la bicicleta en las zonas urbanas, ya que cualquier medida es equiparable o supera con creces la adaptación de las vías públicas intraurbanas al uso de la bicicleta.
Nimio es el esfuerzo que conlleva la adaptación de vías públicas intraurbanas al uso, y disfrute de la bicicleta, y muchísima es la aportación positiva que generaría. Por eso invito a los candidatos que concurren en las próximas Elecciones Municipales de Mayo que introduzcan alguna propuesta para utilizar la bicicleta en zonas urbanas como la construcción de carril bici y la adaptación de áreas o espacios para dejar o aparcar las bicicletas en zonas comerciales o recreativas, algo muy extendido en países de nuestro entorno y olvidado en el nuestro.
Con el fomento del uso de la bici también se estaría prestando atención prioritaria al transporte público, reduciendo al mismo tiempo el uso del vehículo privado y favoreciendo la salud, razones suficientes como para estimular el uso de la bicicleta y no marginarlo como está sucediendo actualmente ya que su práctica solo es posible en el extrarradio de los núcleos urbanos ante la imposibilidad de competir con los vehículos en los núcleos urbanos.