En la madrugada de este último viernes 23 unos salvajes han causado un destrozo en la baranda de mármol de Garrucha. Por la foto que el Partido Popular tiene colgada en internet he visto el brutal destrozo que le han causado en el tramo de la curva, el más bonito para mí, con los cascotes de la malvada acción dispersos por la acera; una imagen de destrucción que mucho nos daña.
Como la rotura la han realizado exactamente enfrente de mi piso, cuando vi a dos operarios trabajando en ella pensé que se trataba del arreglo de algún desperfecto pues los cascotes ya los habían quitado, hasta que me enteré de lo sucedido. El Ayuntamiento ha actuado con diligencia encomiable y la ha reparado enseguida, aunque no hubiera estado mal haberla dejado unos días para deshonra y oprobio de sus autores, pues seguro que es más de uno.
Confieso que más que indignado por el desmán cometido estoy avergonzado de que haya personas que, invadidas por alguna malquerencia no digerida, sean capaces de hacerle daño a los bienes de Garrucha y a su buena imagen, que ningún mal les ha hecho. Claro que la salvajada ha ocasionado gran indignación en la población según se lee en las redes sociales.
La baranda, por su belleza, calidad y 1.482 metros de longitud, es parte sustancial del patrimonio artístico de Garrucha. El orgullo legítimo de todos; celebrada y retratada por los miles de turistas que nos visitan, lo que hace que sea conocida en muchos lugares de España.
Pues bien, esa bonita baranda, tan celebrada, siempre ha tenido enemigos. Desde que se colocó en 1985 ha sufrido numerosos destrozos. En los catorce años en que estuvo instalada siendo yo el alcalde la rompieron varias veces sin que tuviéramos la suerte de haber cogido alguna vez a los sujetos que la dañaron. Pero tengan la seguridad sus enemigos que no podrán con ella, pues siempre habrá un pueblo y un Ayuntamiento que la protejan.
No se puede entender que una persona o varias lleguen una noche y, por odio o vaya usted a saber, se entreguen en ella con furia salvaje para intentar destrozarla. Son cosas que no se comprenden, máxime en una sociedad tranquila y acogedora como es la de Garrucha.
Es probable que esos bárbaros estén orgullosos de su ‘hazaña’, de su delito. Incluso puede que lleguen a un corro donde se hable del tema y sean ellos los primeros en condenar su propia salvajada. Seguro que no serán capaces de alardear de su bajeza moral ante su familia, novia o amigos. Son seres poseídos de sus inquinas que les impulsan a dañar lo bueno que tienen en su tierra, incapaces de valorar la belleza de una gran obra. En realidad son una pobre gente.
Más se merece por creerse lo que le dice el concejal Carriles, cuya palabra tiene menos ley que la plata maqueta ¿dónde están los bárbaros que han roto la baranda? Aquí no somos tan bárbaros como nos acusa (sin pruebas ) éste señor.
El tiempo está dejando en mal lugar a éste señor. Como todo lo que diga sea igual, no se va a creer nadie ni lo de la deuda de Segura.
Lo que es una barbaridad es que hayan transcurrido ya diez días y no sepamos nada de los bárbaros que han roto la baranda. Donde hay impunidad ante la barbarie florecen los bárbaros.
A ver si va a ser verdad lo que se dice por ahí…
Y por eso han corrido tanto en arreglarla…
No se comprende que este sociata venido a menos y que ya no pinta nada, enemigo de la Alcaldesa, se empeña en manipular e intoxicar para endosarle el ‘muerto’ de la baranda a la barredora.
Tú y el de enfrente estáis ya KO
Cuidao con el Adolfo que está a punto de decir que ha sido él el que ha roto la baranda, todo con tal de no dar su brazo a torcer.
Hay un personaje en Garrucha, socialista por más señas, que está intoxicando con que la baranda la ha roto la barredora, lo que es totalmente incierto. El personaje intenta deteriorar la imagen del equipo de gobierno, especialmente la de la alcaldesa, y es que el odio anda por medio.
Al del columpio no parece que le haya indignado la rotura de la baranda, ¡Ay! Se le nota todo. (B)
Estoy en condiciones de afirmar que en la rotura de la baranda nada ha tenido que ver la barredora. Ha sido el atentado brutal de algún malhechor. Así me lo ha asegurado personalmente quién lo sabe mejor que nadie en Garrucha.
Por tanto, nada de columpios, lo siento por el ‘listillo’ en cuestión. No recuerdo haberme columpiado en mis artículos.
Han sido muchas las condenas que se han producido con la rotura de la bandera. Entre ellas, la mía.
Ahora bien, si en el Ayuntamiento sabían que tal rotura la ha ocasionado un empleado municipal con la barredora, estaban y están obligados a publicar una nota de prensa aclarando la cuestión, notas de prensa a la que son muy aficionados. Eso es lo que se debe hacer.
Ya s’a columpiao el Adolfo otra vez. Y van…