En la Asamblea Nacional Andaluza continuamos aportando propuestas y soluciones, como nos comprometimos desde el año pasado 2017 y comunicamos en enero de este. Son propuestas que ofrecemos al Gobierno andaluz, por si quiere aprovecharlas total o parcialmente y que serían aplicadas por nosotros si tuviéramos esa responsabilidad. Este mes de abril el tema a tratar es el de las comunicaciones, y a él se refiere la propuesta adjunta.
Asimismo, continuamos en la búsqueda del “Andaluz del año” y del “esaborío del año”, para los que este mes de abril hemos propuesto a:
- Andaluz del año: D. Jesús Valenzuela, Ex – concejal andalucista en Granada. Por la labor que desarrolló durante el tiempo que ocupó este puesto, con dignidad, interés, esfuerzo y respeto para los granadinos y para el pueblo de Andalucía, y por haberse mantenido en su independencia, pese a que, nos consta, conscientes de su valía personal, ha recibido ofertas de partidos que ha rechazado porque no se ajustan a su recta concepción de la política ni a su amor por Andalucía.
- Esaborío del año: Lamentándolo profundamente, este mes nominamos candidato al actor Antonio Banderas, porque entendemos que debería continuar defendiendo a su tierra. No es lógico apartarse del pueblo del que procede, para “arrimarse” al poder. Encima, un poder que a él no le hace falta, por lo que este nombramiento es también una llamada de atención, para pedirle que reflexione, que siga en su línea anterior y vuelva a la base. A defender al pueblo andaluz, del que procede.
De ese modo, este mes de abril se lo hemos dedicado a una de las grandes asignaturas pendientes de Andalucía, son las comunicaciones terrestres, tanto en el interior como hacia el exterior. Las comunicaciones terrestres son la base del progreso y de desarrollo cultural. Sin embargo, como en otras materias, Andalucía, tierra de conquista, se encuentra prácticamente abandonada, lo que supone un significativo y perjudicial atraso en lo social, cultural y, como consecuencia más negativa, lo económico.
Las rutas que recorren Andalucía, y las que salen hacia otros lugares, o vienen de ellos, están fundamentadas desde hace siglos. La Historia, el devenir histórico, ha marcado unos recorridos lógicos; pero en los últimos siglos, la estructuración centralizada en abanico circular, dada por el Gobierno al Estado, la ha hecho dependiente del centro peninsular, único camino permitido para la comunicación terrestre con otras comunidades o con el resto del mundo. Incluso algunas rutas terrestres tienen que hacer escala obligada en Madrid, dependencia que condiciona y perjudica gravemente el desarrollo de la Comunidad. Las rutas históricas deben ser afianzadas y complementadas, con un trazado racional, que permita.