MANUEL MANRIQUE, UN TROVERO DEL PONIENTE DE ALMERÍA
Teatro Municipal de El Ejido. Domingo, 22 Enero 2017 18:00 h.
Manuel Manrique nació en Huarea (Albuñol) en 1942.
Cuando tenía 10 u 11 años le llamó la atención la existencia de la Escuela de Trovadores de Huarea, entidad que publicó el primer libro de trovo de La Alpujarra. Se quedó con ganas de asistir a esa escuela, era demasiado niño, pero sí asistía a las fiestas cortijeras con trovo, cante y con bailes de mudanzas y robao que se celebraban por la zona.
También le influyó mucho la gran afición que tenía su padre, Francisco Manrique Rivas, al trovo, al cante, al baile y a tocar la música del fandango primitivo. Allí conoció a los grandes trovadores del momento, Manuel el Ceacero, Candiota y Eduardo Garbín.
Con esa afición, cuando tenía 13 años comenzó a trovar con los amigos y con los 15 años ya lo hacía con otro gran trovero, Antonio de las Joyas.
En 1963, con 18 años, se fue a vivir a Roquetas y allí participó en el grupo inicial de trovadores que extendió la poesía improvisada de ser considerada una característica cortijera a ser una referencia esencial de la cultura popular en las provincias de Almería y Granada. Allí estaban también José el Quinto, Miguel Candiota y Rafael el Panadero.
A finales de la década de 1970 se trasladó a vivir al Ejido y por razones vitales, ocupado en el cultivo de la tierra y en sacar adelante a la familia, estuvo durante años alejado de la fiesta trovera.
Pero en El Ejido conoció a José Barranco, a Paco Peret y al grupo de troveros de la zona. Conformaron un grupo de trovadores que comenzaron a reunirse con asiduidad cuando en 1994 crearon la Peña Trovera Añoranza, que tuvo su sede en Santa María del Águila.
En los primeros años de la década de 1990 Manuel Manrique comenzó a escribir poemas, que la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de El Ejido publicó en 2007 en un volumen titulado Cosas de la vida.
Nuestro trovero murió en El Ejido en el año 2013. Y tenemos que agradecerle el esfuerzo que realizó durante toda su vida a fomentar el arte de la poesía oral, esa poesía improvisada de Almería y Granada que se llama trovo, y que se ha hecho famosa a nivel internacional desde el Poniente almeriense.