Empieza un Nuevo Año con el sentimiento generalizado de llevar a cabo nuevos propósitos en tanto que se echa una mirada retrospectiva a los últimos doce meses, quedando por una vez en entredicho el proverbio “no hay que mirar hacia atrás ni para tomar impulso”, pero resulta conveniente que en esta ocasión se haga un balance en el inicio de la andadura del año.
Empero, la visualización de los doce meses que dejamos atrás no han sido percibidos de igual manera como tampoco su incidencia ha sido la misma, por lo que bien podría decirse que los relatan según les ha ido. Y también puede observarse en dos vertientes, desde lo personal y desde lo público. Dejando al margen lo personal y lo profesional, aunque esto último tiene también una incidencia directa sobre lo público, y a su vez lo personal condiciona el aspecto profesional, lo cierto es que la sociedad en su conjunto, que puede decirse es lo público, es visto de forma desigual, tan solo basta con escuchar al Presidente del PP-A, Juanma Moreno, y a la Presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.
LEn el contexto nacional, los españolitos de a pie hemos escuchado al Presidente Pedro Sánchez y ciertamente nos anima a discurrir en el Nuevo Año con otro talante y con otra forma de ver las cosas, es decir, con ilusiones renovadas, que tampoco está nada mal soñar un poco, aunque sólo sea eso. Pero oímos al Presidente del PP, Pablo Casado, y sinceramente dan ganas de llorar y mirar hacia los lados por temor a encontrarnos en otro país, provocando que sonaron las campanas a las doce de la noche y dudáramos si tomar las uvas o no siendo neutralizado por la presentadora Cristina Pedroche.
Pero si fuese empresario extranjero y tuviese la voluntad de invertir en España, previamente me conformaría un estado de opinión sobre la situación en la que vive este país europeo, por lo que, en segundo lugar, prestaría especial atención al dirigente de la primera organización política en la Oposición, Pablo Casado. Estoy plenamente seguro que tras escuchar la visión de España en este momento que tiene Pablo Casado y los dirigentes catalanes independentistas me alejaría todo lo posible de este país que me pintan como iberoamericano o subdesarrollado, olvidando toda pretensión de invertir en la Península Ibérica.
Provocando esta sensación de estar viviendo en un país bananero y subdesarrollado que aún sigue afectado por una seria dificultad por la crisis económica que dudo haya sido zanjada, me sentiría afectado como trabajador desempleado por las dulces expresiones que me dedica el portavoz político del empresariado y de los católicos al alimón, Pablo Casado, afectado negativamente porque pensaría con toda razón que está hiriendo las dosis de inteligencia que poseo. Resulta difícil entender a un trabajador andaluz desempleado al que su patrón le requiere persistentemente su voto para el PP, del cual se jacta de ser un militante, que Pablo Casado y Juanma Moreno se acuerden de él cuando precisamente desde su organización política le han abocado a la situación que padece.
Y continuando con el balance que los dos principales dirigentes políticos andaluces han hecho del año que acaba de finalizar, nos encontramos a Juanma Moreno y a Juan Marín aseverando que la situación que hemos vivido los andaluces de a pie será manifiestamente mejorable este Año Nuevo, lo que nos permite vivir esta cuesta de enero con cierta alegría por cuanto podremos hipotecarnos en la certeza de que conseguiremos pagarla.
El emprendedor extranjero que atiende los consejos del virtual Presidente de la Junta de Andalucía no sentirá desconfianza y malestar por la descripción de la situación que le han hecho, antes bien supondrá un estímulo para que aproveche el momento. Por tanto, frente a otros años en que pedíamos a nuestra “Virgencica”, que nos quedáramos como estábamos, en esta ocasión afrontaremos Año en curso con la esperanza de que será mejor que el pasado.