Lo que puede parecer una broma de mal gusto no deja de ser un ejemplo más de la triste realidad de la sanidad pública andaluza. Recientemente, el delegado local de la formación magenta, Matías Campillo, ha podido comprobar en carne propia los recortes que la Junta de Andalucía aplica a los usuarios del Hospital de Poniente, entre otros, no facilitar agua a los pacientes ingresados. La justificación es que “se dispone de máquinas expendedoras en los pasillos o se puede comprar en el bar del hospital” evidentemente pagando.
La propia Guía del usuario del Hospital de Poniente indica que “No está permitido introducir alimentos o bebidas del exterior en las habitaciones”, esta prohibición parece lógico que debe obedecer a que la alimentación forma parte del tratamiento médico y que debe estar bajo control facultativo, debiendo ser, por tanto, responsabilidad del centro hospitalario facilitar las bebidas necesarias para el paciente.
Por este motivo, la portavoz del Grupo Municipal de UPYD El Ejido, Eva Liria, denuncia que “el Hospital de Poniente no contemple el suministro de agua en los menús de los hospitalizados, lo que hace que los pacientes tengan que comer sin ni siquiera un trago de agua. Es lamentable que, mientras que en hospitales como el de Torrevieja (Alicante) facilitan una botella de 1,5 litros de agua al día, en El Ejido no den ni un vaso de agua. La nutrición y la hidratación son necesidades básicas que hay que cubrir para garantizar la supervivencia del individuo. ¿Acaso las personas ingresadas en un hospital andaluz tienen que ir al bar para no pasar sed? El reparto de competencias en materias tan sensibles como lo es la sanitaria, lleva a situaciones discriminatorias entre regiones que no sólo no tienen sentido, sino que además ponen en peligro la atención integral de los enfermos”.
Por razones cómo las expuestas, desde UPYD venimos defendiendo que las competencias en Sanidad vuelvan a gestionarse desde el Estado para evitar éstos y otros atropellos a la ciudadanía.
La realidad es que las competencias en materia de sanidad están en manos de las Comunidades Autónomas, en nuestro caso en manos de la Junta de Andalucía, por eso exigimos a la Junta que adopte las medidas necesarias para que los pacientes andaluces puedan disponer en sus dietas del agua necesaria. Pero lo más irritante dice Eva Liria es que “el Hospital de Poniente se gestiona a través de la Agencia Pública Sanitaria Poniente, cuando las competencias de la gestión deberían recaer sobre el SAS. Las empresas, está claro, que no están para perder dinero. Y no lo van a hacer. Los únicos que perdemos aquí somos los ciudadanos, que estamos condenados a largas listas de espera, a recortes que afectan a los servicios y hasta que rateen en una simple botella de agua”
Eva Liria exige que “el SAS retome la gestión del Hospital del Poniente, un centro hospitalario que en el primer semestre de 2018 incrementó en un 2,73% el número de ingresos en planta. Por tanto, la media de ingresos al día es de 40 pacientes, lo que significa que más de 7.300 personas quedaron ingresadas, en el primer semestre del año, en un hospital que actualmente cuenta con solo 300 camas. Con estos datos es a todas luces incompresible que no se haya acometido ya una ampliación. Solo se entiende desde el punto de vista de “oportunidad de negocio”, no olvidemos que el hospital de Poniente lo gestiona una empresa, y la sanidad no debe ser jamás un negocio”
Este modelo de sanidad está muy tocado, las desigualdades no sólo se dan entre comunidades, sino entre provincias de la misma región u hospitales dentro de la misma provincia. Merecemos un sistema sanitario basado en los principios de equidad, calidad, eficiencia y universalidad.