Desde que el emblemático cantante ejidense Manolo Escobar se preguntara por su carro, los españolitos y las españolitas de a pie no han parado de formularse interrogantes en este sentido que ahora han abocado a la búsqueda de la Oposición, sobreentendida la política.
En una anterior reflexión política atribuí unas dosis de los problemas por los que atraviesa el PSOE a su forma de controlar al Gobierno del PP y también consideré que la manera de fiscalizar la acción de Gobierno por parte de Izquierda Unida tenía bastante de tongo, no mencionando otras fuerzas políticas u organizaciones electorales por considerarlas residuales. Lo decía hace poco y un joven estudiante de CC Políticas me aseveraba que hacía suyo cuanto decía al tiempo que se preguntaba ¿donde está la Oposición?.
A tan explícito interrogante me permití reseñarle el siguiente diálogo:
# Pregunta de un concejal en un Pleno ordinario: ¿cuanto gana Usted, Señor Alcalde?.
# Respuesta inmediata del Alcalde: Un euro más que el Señor Secretario.
# Réplica del atrevido concejal: ¿y cuanto gana el Señor Secretario?.
# Respuesta del Alcalde: Lo mismo que uno de mis concejales.
# Contrarréplica del impertérrito concejal: ¿y cuanto gana uno de sus Concejales?
# Respuesta del Alcalde: presente su pregunta por escrito.
Formulada la pregunta por escrito y presentada en el correspondiente Registro para que no se traspapelase, llega a manos del Concejal de Personal, quien al leerla exclama:
# ¡y este gilipollas para que la quiere!
A los que el Secretario presente asegura en plena sintonía con el Concejal de Personal:
# ¡esa es la respuesta que hay que darle!: ¿para que quiere saberlo?.
El concejal opositor se queda pensando en la bobada de respuesta que le ha dado el Señor Alcalde y reflexiona en voz alta sobre el estado de la situación: el Alcalde es el que manda, el dueño y señor del pueblo, con todos los asesores que le permiten un amplio y variopinto abanico en tanto que cuenta con todos los recursos a su alcance que le permite el Ayuntamiento. Desazonado y molesto por ser considerado un memo se dirige al Secretario para preguntarle si el Alcalde está en su derecho o no de ocultar, en último término, el sueldo que perciben los políticos, a lo que le responde que efectivamente y es tan sencillo como buscarlo en los Presupuestos Generales de dicha Entidad Local que viene a ser como encontrar una aguja en pajar.
No cabe duda que se pueden encontrar dificultades para controlar efectivamente la acción de un Gobierno, y de cuanto mayor sea su ámbito territorial más elevada es la dificultad, pero, al contrario que en otras acciones, la constancia y la perseverancia juega a favor de la Oposición, porque este tipo de acciones políticas dejan huellas y además el objetivo es estrictamente económico, por lo que solo basta incidir en lo económico. Empero, la mejor aliada con que cuenta el gobernante es la desazón, el desaliento y el “hoy por mí y mañana por ti”.
Pero también, y es el objeto de reflexión, se encuentra en un puesto muy elevado la acción política que no pasa exclusivamente por la tarea de “ratón de cajoneras” sino por la libertad de expresión cualesquiera que sea su dimensión, que puede manifestarse llegando a cuatro personas que llegando a cuatrocientas mil, y, desde mi punto de vista, es lo que menos debe importar porque resulta más positiva la partida primera que la llegada de la segunda. Así lo entiendo porque además del hecho en sí mismo está la credibilidad, y puede que la credibilidad esté en función de la amplitud o de la fuente, yo me quedo con la segunda por ser la más fiable, la más fructífera y la más contundente.