Jóvenes mojaqueros se han visto obligados a residir en las vecinas localidades de Turre y Garrucha al no poder comprarse una casa en la tierra que les viera nacer o crecer, atribuyéndole gran parte de ello a la alcaldesa, Rosa María Cano, ahora del PP, por no hacer viviendas sociales que abaratan el recio como así lo hicieron los regidores que le antecedieron, en expresión de algunos residentes en otros municipios.
No es nuevo este proceso de convertir en dormitorios a municipios vecinos como ocurre en la capital, desde la que partieron hacia Aguadulce much@s almeriense que pasan el día en Almería que es donde tienen a la familia, su trabajo o donde gustan estar por haber nacido y crecido, volviendo al núcleo urbano roquetero para dormir.
Y Mojácar ha resucitado este proceso que cuenta con mucha carga emotiva pero las circunstancias generadas por el PP gobernante en el otrora centro neurálgico del turismo en el Levante Almeriense ha provocado, al no poder embargarse en una vivienda en su pueblo por el elevado coste económico y verse obligad@s a marchar a los vecinos. Algunas personas consultadas en Mojácar cuantifican l@s mojaquer@s que se han visto obligad@s a residir en Turre en miles, exactamente en unos 3.000, en tanto que a Garrucha l@s estiman en mucho menos cantidad.