El ex-alcalde Juan Francisco Fernández fue uno de los primeros Candidatos a la Alcaldía que fueron proclamados en el PP, pero también parece que es el único que lo hace tras haber perdido las elecciones municipales últimas. No sólo ésta circunstancia le provoca una elevada dosis de soledad política sino que induce a elucubrar sobre los motivos que le han granjeado la confianza de la directiva provincial del PP, tras cuatro años sumidos en el más sepulcral silencio político y la absoluta negativa a hacer oposición a la alcaldesa del PSOE.
Este silencio en la oposición política municipal ha llamado poderosamente la atención de garrucheros, garrucheras, veraneantes, visitantes y observadores políticos que no alcanzan a visualizar una razón coherente para que la legislatura municipal que ahora acaba haya transcurrido sin la práctica del ejercicio político de oposición al Equipo de Gobierno del PSOE. Si durante la segunda legislatura de Juan Francisco Fernández como alcalde comenzó a engendrarse la existencia de una razón oculta para hacer oposición dada su vulnerabilidad, en éstos últimos cuatro años se ha vuelto a configurar una hipótesis más pronunciada debido a la grave situación económica por la que atraviesan las arcas municipales, habiéndose llegado a no descartar que no se pudieran pagar las nóminas de la plantilla municipal.
Si a este conjunto de circunstancias se le agrega la nula actividad social del ex-alcalde por el PP, resulta fácil prever que El Cuqui sea cuestionado como Candidato a la Alcaldía por un grupo de militantes al frente de los cuales se encuentra El Pequeño Nicolás, que nada más acceder a la Concejalía a mitad de la segunda legislatura de Juan Francisco Fernández se vislumbró como su virtual sucesor.