En el edificio municipal de El Parador fueron selladas las dos puertas exteriores, la principal y la de la terraza en la primera planta, con el fin de que no entrase polvo y ahorrarle trabajo a la limpiadora encargada de asear las dependencias municipales, razón aducida en privado que solapó a la públicamente mantenida como era la del ahorro energético.
Precisamente por esta razón es por la que se han enervado los ánimos en muchos usuarios cuando en torno a principios de mes una usuaria de la biblioteca se mareó al salir de la sala de estudio y contrastar con la elevada temperatura que no pudo soportar en el pasillo. El ambiente en el interior del edificio es de una temperatura tan elevada desde la apertura al publico de las dependencias que hace inhabitable los espacios comunes como pasillos, ya que no se ventila durante las siete horas que permanece abierto al público durante el horario de verano y absorbe el calor producido por el sol durante todo el día.
Durante el verano los únicos usuarios son los que acuden a la biblioteca y este verano han descendido su número por el contraste climatológico existente en la sala de estudio con aire acondicionado y agobiante calor en los pasillos, por lo que para atender cualquier necesidad personal salen a la calle como para descansar unos minutos y atender el teléfono. Al aire acondicionado en la sala de estudio que es cerrada hay que añadir el aire acondicionado en la pequeña sala en la planta baja, encontrándose los espacios comunes sin ventilación y cerrados que es la razón por la que se aumenta la temperatura que los hace inhabitables.