Después de varias denuncias del sindicato CGT en los años 2015 y 2016, la
Inspección de Trabajo condenó a Correos finalmente por la contratación ‘a dedo’ de 600
personas, a fecha de octubre de 2016 y sólamente contando los casos de la provincia de
Coruña[1]. Aunque esta contratación sin control ha existido en todo el estado. En agosto
de 2017 ha vuelto a ser expedientada por vulneración de Convenio Colectivo en materia
de contratación en Málaga[2]. Es en esta segunda sanción grave donde la Inspección de
Trabajo instó a Correos a “abrir de forma inmediata las bolsas de contratación”.
Haciendo caso a la resolución de la administración laboral, Correos ha puesto en marcha
un proceso de negociación para la apertura de nuevas bolsas de empleo, en la que excluye a la CGT, uno de los sindicatos más representativos con más del 12% de representación estatal, impidiéndole participar en esta negociación y provocando otro choque en la Audiencia Nacional por vulneración de la libertad sindical.
CGT Correos denuncia inspección vulneración del convenio Bolsas de trabajo SELLADA
Paralelamente a esto Correos anunció que formalizará miles de contratos de 13 meses en
jornada de tarde, días antes de abrir las bolsas a toda la sociedad, lo que supondrá que
esos miles de contratos se nutrirán de personas que no figuran actualmente en las bolsas
de contratación eventual, sino que han sido contratados/as mediante la llamada
“idoneidad”, siendo escogidos para trabajar sin ningún tipo de criterio objetivo conocido,
lo que comunmente llamamos “a dedo”.
Esta nueva denuncia en la Unidad Central de la Inspección de Trabajo está a la espera de
resolución, si bien ante las pruebas documentadas podemos estar ante la infracción por
contratación más escandalosa que se produce en una empresa pública, planteando ante
toda la sociedad quiénes son responsables de esta dinámica y a qué intereses responden.
CGT entiende, además, que los contratos podrían ser fraudulentos, pues Correos ha
declarado la intención de formalizarlos por “obra y servicio”, cuando en este caso se trata
de un actividad estable de la empresa, que es el reparto postal en las tardes.
Además la empresa trata de despojarse de los empleados con antigüedad para sustituirlos
por quienes fueron favorecidos fruto de la desregulación por la que fue condenada. Tan
sólo un año y nueve meses de antigüedad[3] quieren contabilizar a los sufridos
trabajadores eventuales de Correos, personas que llevan 10, 15 años prestando sus
servicios con incansable dedicación y vidas precarizadas al máximo. La empresa trata de
despedir por la puerta de atrás a la plantilla más agotada físicamente por medio de la
desregulación laboral y el empleo ‘a dedo’.