La musicoterapia es la utilización de la música y sus diferentes elementos, tales como el sonido, el ritmo, la melodía y la armonía, con fines terapéuticos relevantes. El fin es el de lograr cambios y satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas de las personas. El Centro Musicoterapia Almería (CENMA) es un centro especializado en esta metodología, y su experiencia, conocimiento y buen hacer han hecho que la Asociación ALTEA para niños con autismo, la cual celebra estos días las I Jornadas del Trastorno del Espectro del Autismo, se haya fijado en él para llevar a cabo diferentes actividades con sus usuarios.
El inicio del 2018 ha servido para iniciar una estrecha colaboración entre ambas entidades. María Victoria Fernández, musicoterapeuta y directora del CENMA, acoge a los niños en sesiones individuales que tienen lugar en una sala especialmente diseñada para ello en las instalaciones del centro, situado en la calle Cable Inglés, 1, en la capital. “La Asociación ALTEA se puso en contacto conmigo porque deseaba incorporar una musicoterapeuta en su equipo interdisciplinar y la acogida por parte de las familias está siendo muy positiva. Estamos muy contentos con esta iniciativa”, explica.
Experiencia No se trata del primer contacto que la directora del CENMA ha tenido con personas con autismo, ya que ha colaborado en diversas sesiones años atrás. “La primera vez que llevé a cabo esta práctica me quedé fascinada con la belleza de las melodías que podían improvisar aquellos niños que ni siquiera hablaban, pero sí cantaban. Aprendí a escuchar sus sonidos, sus ritmos y sus modos de comunicación diferentes, porque tienen muchísimas cosas que expresar y nuestra misión es ayudarlos a que lo consigan”, afirma María Victoria Fernández.
La musicoterapia cuenta con innumerables beneficios. Los niños con trastornos del espectro del autismo presentan alteraciones en sus habilidades de interacción social y comunicación, que son, precisamente, las que más potencia la música. El sonido surge de la necesidad de expresarte y los instrumentos y la voz son un canal para ello. De este modo, cada niño se siente motivado hacia determinados sonidos, instrumentos o melodías desde las que puede desarrollar un diálogo sonoro, desarrollando sus capacidades y potenciando su autoestima.