Quiero comenzar partiendo de varios hechos: no se obliga a ninguna persona a participar en política, así que quienes figuran en las listas han decidido libremente, si son elegidos, representar a una parte de la sociedad en la gestión de la Administración a la que han decidido presentarse, con el fin de lograr una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos que le han encargado ese trabajo, según su filosofía política.
La tarea de gestionar una Administración implica una dualidad, la de actuar para tomar las decisiones pertinenetes y la de que estas acciones sean justas, o sea, conforme a derecho o razón. Evidentemente que a alguien le encarguen la gestión de los impuestos, que es prácticamente la única forma de obtención de ingresos de una Administración, no significa que se le de un cheque en blanco para hacer lo que le plazca, es necesario rendir cuentas sobre la gestión a los ciudadanos.
El que unas personas se ofrezcan para sentarse en el mismo foro con personas de otras ideologías, para llegar a cuerdos, para solucionar problemas y mejorar la vida de los ciudadanos a los que representan (Concejales, Diputados, Congresistas y Senadores, TODOS, han sido elegidos) y que merecen el respeto debido a esos ciudadanos, es el trabajo de la política. Si alguna persona no está dispuesta a intercambiar y estudiar, seriamente, propuestas con personas de otras ideologías, que no se presente a las elecciones.
Hemos pasado del talante, a la intransigencia y de la intransigencia, al odio. Hemos visto como en distintos Órganos de Gobierno, se han despreciado intervenciones de otras personas con argumentos tan peregrinos como “mi grupo político ha tenido más votos” ¿Es que por eso todos los ciudadanos tenemos que tener la misma ideología? ¿Entonces para qué queremos un Senado, un Congreso de los Diputados, Parlamentos Autonómicos, Diputaciones y Ayuntamientos? Nuestra legislación no dice que si un partido logra el encargo de formar Gobierno, éste nombrará en cada lugar quienes van a gobernar y el resto de representantes de los ciudadanos que se vayan a sus casas hasta las próximas elecciones.
El incremento de la pobreza y precariedad, la pérdida de derechos recogidos en nuestras Leyes y el incremento de diferencias entre ricos y no ricos, son problemas tan graves, que se necesita la plena dedicaión de todas las personas que han recibido el mandato de gestionar las Administraciones para solucionarlos y aún así, es una tarea difícil, intrincada y que requiere su tiempo.
Si discriminamos por motivos políticos, si rechazamos a personas por su ideología, si rechazamos otros puntos de vista, si nos dividmos y nos enquistamos, van a seguir ganando quienes estén unidos por un interés común y si además tienen la capacidad de hacer las cosas que ellos quieren o de influir para que se hagan, el resto va a perder.
Desde AxSí instamos a los andaluces a respetar y escuchar a otras personas, a valorar otras ideas, a unirnos para ganar en derechos, a luchar para eliminar la discriminación que nos sume cada vez más en el ninguneo y la pobreza, a no rechazar a nadie que sea útil para ayudarnos a lograr una mayor calidad de vida, que es de lo que se trata, Necesitamos levantarnos unidos por nuestros derechos.
Luis J. Pasamar
Portavoz AxSí-Almería