En esta fecha, se cumplen mil doscientos y uno años de la Rebelión del arrabal de Saqunda de Córdoba. Fue el primer arrabal de la ciudad emiral y donde se encontraba el zoco de la ciudad. Su población era populosa y compuesta, principalmente, por artesanos, agricultores y comerciantes. El miedo a sufrir un atentado, hizo que el emir Al-Hakám I se hiciera desconfiado, así que fue armándose de una guardia personal de mercenarios francos, por lo que aumentaba la presión fiscal hacia el pueblo. El aumento de los impuestos fue el desencadenante del levantamiento popular, aunque también participaron nobles y alfaquíes. Murieron muchos saqundinos y fueron ajusticiados los líderes, crucificándolos a lo largo de la ribera de río, por orden del Emir. A los supervivientes los envió al exilio: unos marcharon a Fez, otros a Toledo y, de ahí la mayoría, a Alejandría para luego fundar el Emirato de Creta. Pero la maldición que se perpetuó durante estos 1.200 años, fue la que ordenó Al-Hakam I; destruir casa a casa todo el arrabal e indicó que no se volviera a construir en el solar del arrabal.